Este año en mi viaje anual de vacaciones cumpleañeras, me fui a Baja California (antes Baja California Norte, ya sólo se hacen llamar Baja California o Baja (los del Sur si tienen que indicar que es BCS, pero eso es harina de otro costal).

No conocía nada… asi que aprovechando un vuelo muy barato (compré en el hot sale en mayo, para viajar en octubre, y sí si vale la pena hacerlo con tanto tiempo) pues volé Guadalajara – Tijuana. Había la opción de pasarse a San Diego al shopping usando el CBX (es un puente donde cruzas super rápido a Estados Unidos), pero será para una próxima ocasión…

Así que en cuanto aterricé, agarré mi equipaje y me encaminé a rentar auto. Importante: sí es básico rentar automóvil para andar por Baja, yo renté el más pequeño y sin problemas me trajo por todos lados (en el Valle de Guadalupe hay mucha terracería, y los caminos pavimentados tienen un montón de baches, a excepción de la carretera que se hace llamar La Ruta del Vino).

Ya en al auto, me dirigí a Ensenada, tomé la autopista casi por error, pero estuvo bien… si hay lugares para pararte y ver los hermosos paisajes (algunos me recordaron la serie Big Little Lies jeje). Pero también te puedes salir de la autopista si quieres ir a Puerto Nuevo a comer langosta (no lo hice por mi alergia) o ver la Casa del Diablo (ojo, cobran por estacionarse y no puedes entrar a ver la casa, solo por fuerita).

En Ensenada me quedé en Casa Asturias, que funciona como hotelito / Bed & Breakfast, muy cómodo, pequeño, la gente super amable y me recomendaron muchas cosas para ver y comer. Muy céntrico, y cuentan con estacionamiento. Tienen alberca pequeña, el único inconveniente es que no está calientita el agua…

Ya establecida me fui a un lugar que muchos me recomendaron: Cervecería Aguamala para ver el atardecer y vivir la experiencia de una de las muchas cervecerías artesanales de la zona, y de su concepto de contenedores. Es un lugar agradable, tienen muchísimas cervezas, pero si les indicas qué te gusta, te hacen buenas sugerencias y hasta te dan a probar si estás indeciso. Yo elegí la Mantis para acompañar una super deliciosa hamburguesa. Se nota que es un lugar frecuentado por locales que llegan a pasar el rato, platicar y resolver los problemas del mundo con una chela en mano.

El atardecer estuvo espectacular y lo vi a través del huerto de olivos que colinda con la cervecería.

Ya al día siguiente muuuy temprano (recordemos que es 1 hora menos allá) me fui caminando al malecón y puerto (me quedaba como a 25 minutos caminando), así que entre la neblina llegué a donde está el asta de la bandera, caminé y tomé muchas fotos a las gaviotas, barcos, y curiosidades que me encontraba a mi paso; y así llegué al famosisímo Mercado Negro, que es donde venden los mariscos y pescados recién traídos del mar… pero al parecer estar ahí a las 7:30 am es muy temprano, porque apenas y 3 puestos se estaban poniendo.

También fui a conocer La Bufadora, (está como a 1 hora de Ensenada) y ahí en una placa te explican el fenómeno de por qué hace ese ruido (es una cueva submarina), pero pues no hay mucho que hacer ahí (a menos que te quedes en alguno de sus localitos a beber todo el día jeje). Te toma una mañana ir y venir, ah y también te cobran el estacionamiento.

La Bufadora

Recorrí el malecón, subí a conocer la estatua de Tara (una de las deidades del Budismo Tibetano) que estaba justo a la vuelta de mi hotel.

Tara

Probé un hate (hot dog con un pan más suave y esponjocito, ya antes los había probado en La Paz), y en general me la pasé descansando, leyendo y cargando energías porque sabía que los días que seguían en el Valle iban a ser intensos…

Hate (hot dog)

Continuará…

p.d. en Instagram busca el HT #BajaTripCuriogastro2023 para ver mis fotos de este viaje! Y también la historia destacada con el nombre de «Baja».