Resulta que este chef español, no es cualquier chef español, es nada más y nada menos que el chef José Andrés, que ya es ciudadano del mundo (y ojalá algún día le den el Premio Nobel de la Paz, de eso te cuento más delante).
Hace unos días viajé a Las Vegas de trabajo, y tocó la fortuna de comer en el restaurante China Poblano de José Andrés, y fui la más feliz del mundo. El restaurante está dentro del hotel The Cosmopolitan, en el Strip. Este restaurante hace una unión de las cocinas china y mexicana partiendo desde la inspiración de la Nao de China, ese galeón que unió Asia, América y Europa con sus viajes que transportaban especias e ingredientes y claro que también el nombre nos recuerda a la China Poblana de la leyenda.
Bueno, vamos a la comida! Para empezar nos recibieron con una margarita refrescante y un tanto picosita.
Después se acercó el mesero listo para prepararnos junto a la mesa un guacamole a nuestro gusto, delicioso!
Llegaron tacos de carnitas y de hongos… las tortillas estaban perfectas (ahí las hacen a la vista, con maíz que traen de Oaxaca), bien servidos, y los rellenos muy ricos… hasta se me olvidó que estaba en Estados Unidos (casi todos los meseros hablan español). Es algo que admiro mucho de José Andrés: ejecuta perfectamente las recetas y te transporta al país de su restaurante, ya me había pasado antes en Oyamel y en Jaleo.
También llegaron un ceviche de atún y otro ceviche de coco, hecho con carnita tierna de coco, el cual me encantó. Nunca había probado algo parecido!
Después llegaron varios platillos orientales, y hubo que aprender a usar palillos (sí, apenas logré usarlos! jejeje). Primero el Dim Sum con vegetales que le ponen un poquito de oro:
El arroz frito con 20 vegetales es uno de sus platillos estrella y no hay palabras para explicarles lo rico que estaba. Nunca había probado un arroz frito tan bueno (y de puros vegetales!), lástima que en ese punto ya me estaba llenando!
Otro platillo que me encantó y que me hubiera comido yo solita es el 18 Monk Noodles: ahí mismo los elaboran y cortan gruesos, cocinados con salsa de soya, zanahoria, apio, cebolla y hongos variados, que estaban espectaculares!
Y como siempre hay que dejar un huequito para el postre, al final llegaron estos dos postres, super bien balanceados de sabores, el primero era una «tina» con gelatina, espuma, rosas y frutas; y el de la estatua del guerrero de terracota es divertido porque lo tienes que tumbar y luego romper (sí, es chocolate).
Y su menú tiene muchísimas más opciones, como carne asada estilo norteño, pozole, camarones al mojo de ajo negro, empanada de atún estilo Veracruz, Chilaquiles, Quesabirrias… eso por el lado mexicano, y por el lado chino: Leng Mian, 8 variedades de Dim Sum, Mongolian Beef, vegetales rostizados al wok, 5 variedades de noodles y más! Y si tienes alergias, los meseros con mucho gusto te ayudan a elegir (aparte que vienen indicadas perfectamente las opciones alimenticias en el menú)
Es un restaurante donde aprecias mediante sabores la influencia de ambos países en su respectivas cocinas, y cómo inspiraron a un chef a crear ese menú. Y retomando lo del Premio Nobel, lo digo por su acción humanitaria con World Central Kitchen que ayuda a las personas alrededor del mundo en épocas de crisis con algo tan básico como es llevarles comida. Justo cuando estaba en Vegas, su asociación informó que ya llevaban 20 millones de comidas servidas en Turquía y Siria después de los terremotos, y no se han ido de Ucrania desde que comenzó la guerra. Si tienes Disney + y quieres conocer más de esta obra benéfica, busca el documental «We Feed People»… y si puedes donar, aunque sea poquito, sirve de mucho.
No cabe duda de que ir a Las Vegas, sólo por su comida, vale al mil la pena!
Ah y el trabajo consistía en ir a conocer lo nuevo que tiene Las Vegas para sus visitantes, estoy reseñando todo en Turitips, para que no te lo pierdas! Gracias por invitarme a colaborar en su revista! 😀
Tus comentarios: