Creo que son las berries más famosas! Las encontramos en mermelada, postres, cristalizadas, de adorno y hasta en cajitas de tetrapack con crema! 😉

Les invito a que tengan 1 fresa en la mano (la desinfectan primero por favor), cierren los ojos y la prueben… y luego analicen qué sabores tiene: ¿es dulce? ¿es ácida? ¿cómo es su textura? ¿sientes las semillitas en tu lengua?

Porque todos nos vamos con la finta que las berries son dulces… y en su gran mayoría no lo son, el dulce se lo agregamos nosotros al cocinarlas; tristemente pocas veces tenemos noción de cómo saben en su estado natural. Bueno, ese ejercicio se los dejo para todos los ingredientes que pasen por su vida!

En sí, la fresa se define con un sabor agridulce, tienen cientos de semillas por fuera en su piel (¿te habías dado cuenta?) y se consumen frescas y cocinadas.

El origen de esta fruta es variado ya que hay especies de Chile, Europa y Norteamérica; en México se empezó a cultivar a mediados del siglo XIX. Hoy en día en la zona de la Sierra del Tigre y Tapalpa (Jalisco), se cultivan muchas fresas que son exportadas a Estados Unidos y Canadá.

Otro lugar muy famoso por sus fresas: Irapuato, Guanajuato… aunque a veces las fresas se producen en otros lados, ahí se venden 😉

Tip para desinfectarlas y guardarlas: para desinfectar, háganlo con todo y rabito… pasado el tiempo indicado por su producto desinfectante, las escurren bien… y luego las ponen en una charola o plato amplio, que tenga una servilleta de papel abajo, y así las pueden guardar en el refrigerador… también las pueden cubrir con plástico autoadherible. Lo más recomendable es consumirlas el mismo día de su compra. La otra opción: quitar el rabito y poner a congelar, igual en charola (pero esta vez sin papel), ya congeladas las meten en una bolsa ziploc. 😉