Este es un postre poblano que se acostumbra para el mes de junio, y más específicamente para la fiesta de Corpus. Donde más se consume es en Atlixco, Puebla.

Llama la atención su color rosa y las semillas de ajonjolí y pasas que lo adornan. Otra cosa curiosa del postre: al comprarlo te llevas a casa la cazuela de barro donde está emplatado. Lo cual genera un dicho si la usas posteriormente: «la cazuela no es de jeripa» con lo cual estás diciéndole a la persona que te la tiene que regresar! 😉

El postre está elaborado con harina de arroz, agua, leche y a veces perfumado con agua de azahar. Se endulza con azúcar y se pinta con un poco de color vegetal rojo para darle el tono rosado.

¿Lo haz probado?