Como cada mes, les quiero compartir mi pensar sobre algún tema gastronómico…

Hoy quiero platicarles sobre lo orgánico, porque precisamente esta semana platiqué con un productor de vegetales de Tapalpa que se especializa en que todos sus productos sean casi orgánicos… y que conste que él me lo dijo así:

«yo no puedo garantizar que son orgánicos».

Les explico: para que sean orgánicos no tienen que tener ningún químico en sus procesos de fertilización y protección contra plagas. Ahora sí que lo más natural posible, utilizando humus o composta para fertilizar la tierra y cuidando la planta con cosas como agua con chile y ajos (alguna vez le puse así a una planta de albahaca que se llenó de animalitos… para que tengan una idea).

Verduras en el huerto

Pero luego me empezó a platicar por qué esto de lo orgánico es casi imposible de lograr: en primer lugar él no puede saber con qué alimentaron a los animales de los que viene el humus. Con que un animal haya comido algún alimento procesado, sus vegetales ya no son orgánicos.

Y luego viene el tema de la tierra donde se siembra y cuánto tiempo necesita «desintoxicarse» de todos los años que se uso la siembra tradicional con fertilizantes y pesticidas…

Así que aunque el tema esté de super moda y sí, hay que tratar de comer lo menos procesado posible, tampoco hay que desgarrarse las vestiduras si no encontramos todos los alimentos orgánicos. Aparte que certificar que algo es orgánico es un proceso muy caro de certificación para todas las empresas… lo cual hace que también se incrementen los precios de los alimentos que consumimos.

¿Tú compras algo orgánico? Cuéntame qué y por qué! La verdad que yo no me fijo mucho en esas cosas…