Parte del viaje a Puebla, fue conocer Cuetzalan, un hermoso pueblo de ensueño que se encuentra a 3 horas y media (aproximadamente) de la capital poblana.

Cuetzalan

Es un pueblo mágico, y ahí el clima es bastante interesante, porque está en la parte alta de la Sierra de Puebla: cuando llegamos hacía mucho calor húmedo, al rato empezó a llover y siguió lloviendo toda la noche hasta la madrugada. Después estuvo nublado y fresco… Es muy interesante ir viendo la vegetación de todo el camino: nopaleras, desierto, selva, bosques…

En Cuetzalan nos hospedamos en el hotel Taselotzin que está administrado por mujeres indígenas de la región, quienes se mantienen económicamente con el hotel, los tejidos, los jabones y el restaurante. El hotel es pequeño, pero tiene todo lo necesario para descansar.

Ahí te venden hermosas blusas, vestido, camisas y más, bordadas por ellas, así como jabones medicinales, alimentos y más. También editaron un recetario, el cual obviamente ya está en mi colección! 😉 Ah y las toallas, colchas, cortinas y sábanas están bordadas por sus manos… impresionante!

Hotel Taselotzin

Recuerditos del hotel Taselotzin

Después de registrarnos en el hotel, fuimos al centro a conocer un poco, llamando la atención su plaza principal, la Casa de Cultura donde puedes conocer los cuadros de artistas locales, y un museo con la historia de la región.
Casa de la Cultura

Y fuimos a la Iglesia de los Jarritos, sí, está adornada con jarritos por dentro y por fuera! Está dentro de un cementerio… y es una Iglesia que se terminó en 1895. Como se imaginan: la amé!

Templo de los cantaritos

Detalle cantaritos

En el museo de la Casa de la Cultura, vimos que Cuetzalan es importante en la producción de café y amablemente nos llevaron a una fábrica de éste. Aprendimos los pasos a los que se somete el grano de café hasta ser tostado y empacado. Amablemente nos invitaban a ver los cafetales a unos cuantos kilómetros de distancia, pero por tiempos, ya no alcanzamos! 🙁

Fabrica cafe (1)

Fabrica cafe (2)

Fabrica cafe (3)

Después nos dirigimos a Santiago Yancuitlalpan con la familia Nochebuena para una comida con cocineras tradicionales… una de las mejores y más fabulosas comidas de mi vida… pero es tan extenso ese tema, que decidí contártelo en este post especial! Por lo pronto, una probadita de la sopa a base de mafafa: INCREÍBLE!

Sopa de mafafa

Regresamos a Cuetzalan con una rica y constante lluvia (y algo de neblina) y ya nos fuimos a descansar a nuestro cuarto…

Por la mañana desayunamos en el restaurante del hotel, donde puedes probar rica gastronomía local: tlayoyos, picaditas (foto), huevos al gusto, pan recién hecho y claro que el magnífico café local!

Picaditas

Antes de bajar de la Sierra y volver a Puebla, fuimos a un recorrido super especial por Yohualichan («La casa de la noche»), un sitio arqueológico que data de 200 DC y que muestra los famosos nichos en sus estructuras… pero este lugar es previo al establecimiento de Tajín. Fue un lujo ir acompañada del arqueólogo Arnulfo Allende el cual trabajó en la localidad, porque cosa curiosa: el pueblo está asentado sobre toda la zona arqueológica y él nos platicaba que lo más normal es que las casas estén encima de antiguos edificios… ¿te imaginas vivir sobre parte de una pirámide?

Yohualichan (1)

Y otra cosa super padre: tuvimos el sitio solo para nosotros… es muy poco conocido, así que se disfruta muchísimo! Ah! y afuera puedes comprar recuerdos que sí son de la región, como vainas de vainilla a 10 pesos, juguetes tradicionales, plantas de café, etc.

En la foto: un juego de pelota!

Yohualichan (2)

Y después regresamos a Puebla… eso sí, como buen viaje en carretera: parándonos a comer camotes asados con crema y leche condensada, elotes, nieve, tlayoyos, etc! 😉

Mi consejo: si vas a Puebla, reserva un par de días para ir a Cuetzalan y sus alrededores… vale la pena la vuelta y te trasladas a un México que pocos tienen oportunidad de conocer y sobre todo: probar!